4.8 De Integración
La integración hacia adelante, la integración hacia atrás y
la integración horizontal son conocidas como estrategias de integración
vertical. Las estrategias de integración vertical permiten que la empresa gane
control sobre sus distribuidores, proveedores y/o competidores.
Integración hacia adelante
La integración hacia adelante implica obtener la propiedad
de los distribuidores o vendedores al detalle o un mayor control sobre los
mismos.
Un medio eficaz de implementar la integración hacia adelante
es el financiamiento. Los siguientes son algunos indicadores que señalan en que
momento la integración hacia adelante
puede ser especialmente eficaz.
Cuando los
distribuidores actuales de la organización son muy costosos, pocos confiables o
incapaces de satisfacer las necesidades de distribución de la empresa.
Cuando la
disponibilidad de distribuidores de calidad es tan limitada que la integración
hacia adelante puede representar una ventaja competitiva para la empresa.
Cuando una
organización tiene los recursos capitales y humanos necesarios para administrar
el nuevo negocio de distribuir sus propios productos.
Integración hacia atrás
La integración hacia atrás es la estrategia que consiste en
buscar apropiarse de los proveedores de una empresa o aumentar el control que
esta tiene sobre ello. Esta estrategia puede ser especialmente adecuada cuando
los proveedores de la empresa no son confiables, resultan demasiado costosos o
son incapaces de cubrir sus necesidades.
Integración horizontal
La integración horizontal es la estrategia que busca
apropiarse de los competidores de la empresa o tener un mayor control sobre
ellos. Una de las tendencias más importantes de la administración estratégica
moderna es el uso más frecuente de la integración horizontal como estrategia de
crecimiento. Las fusiones, adquisiciones y absorciones entre los competidores
permiten mayores economías de escala y mejoran la transferencia de recursos y
habilidades.
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